‘Didi’ sana a nuestro yo de la secundaria
Traducido por Clari Gomez
No importa la edad que tengas, tu yo de la secundaria está escondido muy dentro de ti. Tal vez hayas olvidado los detalles de tu preadolescencia o tal vez los recuerdes demasiado bien. De cualquier manera, volverás a familiarizarte con quién eras en ese entonces después de ver la película ‘Didi’.
‘Didi’ es una representación cautivadora y dolorosamente honesta de lo que se siente ser un preadolescente tratando de entender el mundo y encontrar algo de consuelo en quién estás creciendo para ser.
Basada en su propia experiencia de vida, el debut como director de Sean Wang, disponible en Amazon Prime, narra la vida de Chris Wang, un joven asiático-americano de 13 años que vive en la Área de la Bahía y lucha con la complejidad de ser un inmigrante de primera generación mientras quiere encajar. Mientras Chris intenta disfrutar un verano sin preocupaciones, se enfrenta con una crisis de identidad a medida que aprende a mantener amistades y descubrir nuevas, coquetear de manera torpe y valiente, lidiar con la amargura del racismo en su vida diaria, y amar a su mamá a pesar de los típicos conflictos de la adolescencia.
Desde la rivalidad con su hermana hasta las embarazosas interacciones con la chica más guapa de la escuela, ‘Didi’ es innegablemente fácil de entender por su incomodidad realista y el deseo desesperado de encajar que llena los pasillos de todos las secundarias. “Didi” encapsula de manera hermosa una experiencia universal del crecimiento que ofrece cierto consuelo y validación a aquellas experiencias que en su momento se sintieron tan abrumadoras. La habilidad magistral de la película para equilibrar el peso emocional y la comedia es increíblemente natural.
Me encontré llorando al recordar momentos similares a los que pasaban en la pantalla y también riendo sin parar por la humildad tan espontánea que dió vida a la película. A medida que Chris avanzaba con su vida descubriendo nuevas experiencias que eran tanto desgarradoras como emocionantes, no hubo ningún momento aburrido en la película. Desde principio hasta el final, la película retrató maravillosamente las dinámicas familiares de inmigrantes y el cuestionamiento de la propia identidad. Conectó intencionalmente a todos los que alguna vez llevaron el mismo peso emocional que Chris.
Cuando los créditos comenzaron a aparecer en la pantalla y las luces del cine dejaban al descubierto el rímel y las lágrimas que corrían por mi cara, la única persona en la que podía pensar era en quién solía ser yo. Sentí una especie de alivio por mi niña interior. Finalmente, se sentió escuchada y pudo verse de una manera que hizo que esos años no se sintieran tan solitarios, porque alguien más también los estaba viviendo.